
Era de esperar que, con una hora de margen desde que salía de Benalmádena hasta la Sala Malandar sevillana, algo pudiera ocurrir: efectivamente, obras en la carretera que no esperaba, más la híper imposibilidad de encontrar aparcamiento en los aledaños del río Guadalquivir, que era donde estaba dicha sala, hicieron que desgraciadamente me perdiera la actuación completa de Waano, estos buenos jienenses que practican una amalgama de estilos muy brutos, técnicos y sin artificios. A los que sí pudieron disfrutarlos y les pregunté en confianza comentaron que habían estado muy bien, muy cañeros y decididos a calentar las entrañas de la Malandar.
Para entonces, y tras recuperar el resuello por las vicisitudes, el perderme a Waano y los saludos con la maravillosa gente que conocía, Marabunta estaba a punto de saltar al escenario, haciéndolo con un set list muy especial y con colaboraciones de altísimo voltaje y calidad. Se trataba del último concierto de la gira El dedo en la llaga, iniciada a finales de enero del año pasado, en cuya primera fecha tocaron con los malagueños Verdugo y los leridanos Memento Mori, y al que por cierto pude esa vez asistir de inicio y lo constaté en otra crónica.
Regresando al presente, expectación máxima para seguir disfrutando de la velada heavy hardcore metalera, y siendo casi puntuales, Marabunta se presentaba ante su público, ya entregado, en casa y con la tensión necesaria para ofrecer un espectáculo digno de su calidad.
La intro “A.C.A.B.”(del anacronismo All Cops Are Bastards)irrumpió para ponernos a todos firmes, cargando, apuntando y… fuegooooooo.
Apoteósico inicio con “Cobardes” (una de mis preferidas para ponerme las pilas en el día a día). Bestial arranque con toda la peña acogiendo con fragor y energía el primer envite de la noche, y donde la maquinaria sonora de esta bandaza estaba comenzando a calentar de súbito. El engranaje inicial, compuesto por los vocalistas y frontmen Alberto Olea y Manuel Ruiz alternaban estrofas enrabietadas, jocosas y reivindicativas, en este caso por la brutalidad policial. Por cierto, ambos estuvieron soberbios y muy cercanos durante todo el concierto.
La base rítmica electrizante e intensísima era labor del batería Mariano Piedra, una auténtica apisonadora, impertérrita aunque no pétrea, sólida y a la vez dinámica y eficaz, con apenas fallos de ejecución, o al menos casi imperceptibles para mí. Por supuesto, el nuevo bajista JL Postigo, cumplía con creces su labor formando una dupla acojonante con Mariano. Para entonces y casi sin darnos cuenta, “Gusanos” emergía con absoluto elemento protagónico a José Miranda como guitarra solista. Tras ello, comenzaría un autentico tráfico en el escenario con participaciones de antiguos componentes de la banda y colaboraciones de lujo.
Para la siguiente canción, la destroza cuellos “Marabunta”, subirían a escena Alex Herrera sustituyendo el bajo y Renato Álvarez como segunda guitarra. Era bastante curioso cómo la naturalidad y la eficacia fue una tónica durante el concierto, incluso en el aparente y complicado esfuerzo por acoplarse de forma breve en un puesto u otro, una prueba más de la meticulosidad a la hora de preparar este concierto de fin de gira por parte de los sevillanos, si bien es cierto que hubo un pelín más de humo del que uno podría esperar, algún fallo de sonido y tres focos de luz amarilla dirigidos al publico que en la mayoría de las ocasiones molestaban de forma innecesaria.
Y en estas que “Rutina” entró en escena con la única tara del show para mí, el ligero o bajo sonido de Jose “Mirpro” en su hacha de seis cuerdas. En cualquier caso, super profesional y una pieza clave de Marabunta, no por el pelambre que se gasta. Sería él quien abriera “Mercenarios del alma” con una sala en ebullición, ya imparable y a la que poco le importaba los inconvenientes mencionados anteriormente. El espectáculo seguía su curso, “Mis héroes” prácticamente se incrustaba con la Intro “Mariano Vs Mariano” que a su vez desembocaba de forma inexorable al tema “Odio”, causando un revuelo espectacular entre los presentes, energía a raudales y empellones por doquier, (ojo, siempre respetuosos). Y por supuesto, la poderosa “Hecatombe” no podía faltar como cierre ejerciendo José “Mirpro” de maestro guía para hacer un wall of death improvisado y muy acorde con el momento álgido de la noche.
Con ello se clausuraba una primera e intensa parte del concierto, dando paso a las colaboraciones externas, en este caso de dos Brutal Thin, Marko y Ditto, guitarra y bajo para interpretar “Tamayonki” de su banda. Y pensar que esa canción tiene ya 26 añazos e interpretada en la actualidad, pese al tema que trataba, seguía sonando en directo como un cañón.
Tras ellos, y de nuevo con los honores que se merecía, aparecía toda una institución en nuestro país, el bajista de Def Con Dos, J. Al Andalus para interpretar, con ciertos problemas con el sample inicial, “Trabajando para Dios”, de su propia banda. Ahí, el sonido del bajo sonó más nítido y profundo hasta ese momento. Para entonces, el embelesamiento de los que estábamos presenciando el concierto era total, ya que en el crisol de músicos que estaban desfilando por el escenario se unirían los bigardos Agu y Zeky de los sevillanos Narco, para interpretar de manera soberbia y escueta “La cucaracha”.
Hasta ese justo momento, la segunda parte del concierto había finalizado, dando cabida al último tercio del mismo consistente en la casi interpretación íntegra del último álbum de Marabunta, el brutal El dedo en la Llaga. Para ello, hubo de nuevo un cambio de bajista, se trataba de Johnny, justo el anterior bajista, el cual hizo las fechas de esta última gira antes de su marcha de la banda. Tal y como hablé con el propio Alberto Olea a posteriori, este concierto fue el de los bajistas con un total de seis, los tres que han militado hasta la fecha en el seno del grupo más los de Narco, Brutal Thin y Def Con Dos. Cuanto menos, curioso e inaudito para la gran mayoría.
Metidos de nuevo en la fiesta generada, destacar la actitud del público, alegre, campechano, disfrutando de lo que estaba aconteciendo, deleitándose con “El dedo en la llaga”, la mordaz “Bribón” o “Mr Winstroll”, esa oda al gym de postureo. Como curiosidad, me pareció ver pulular a Marko de los Brutal Thin por el entorno del público, cuanto menos motivadísimo.
Quedaban las últimas andanadas, los últimos estertores de voz por parte de Alberto y Manuel tras más de hora y media casi sin descanso para ellos, sí para el puesto de bajista. En cualquier caso, tanto mi deliciosa compañía, Antonio y Manuel Medina de Medictum, Luna, Ale, Pibodi, Selu y Sara… como el publico que se agitaba en la platea, tenían la sensación de estar disfrutando de un espectáculo único y enriquecedor, sobre todo para los adeptos a este tipo de género musical.
“Aporta y aparta” volvió a encender la sala, del mismo modo que “Medios”, la rabiosa “Ni olvido ni perdón” y el colofón perfecto a una velada de muchos quilates de calidad, buen rollo y mega energizante, “Falta de Fé”. Justo en ese momento, exhalas un “buahh” tremendo por lo que acababas de presenciar, con la única preocupación por Marko, ya que en un alarde de animosidad o una iluminación decidió saltar casi al final del concierto desde el escenario, de forma sorpresiva y semi de espaldas. Eso lo presencié, aunque con la semioscuridad del concierto no le ví caer del todo, pero sí escuché el ruido, como de un jamón golpeando el suelo. Tras unos segundos de incertidumbre, él mismo evaluó los daños y dicen por ahí que echó la noche abajo… aunque esa supongo será la trama de otra crónica, esta fue la mía, bueno, la de unos Waano que no pude ver y Marabunta, la idea concebida hecha realidad por unos tipos gigantes, como memorable fue el crowdsurfing al bueno de Alberto Olea.

Y lo pude vivir…
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